Encuentros en la tercera fase

26 marzo, 2006 ·



Habitualmente me gusta contar mis historias por orden cronológico.
No es ni mejor ni peor que cualquier otra forma de ordenar los acontecimientos, pero a mí me gusta hacerlo así.
Aún así, voy a empezar mi relato por el acontecimiento más reciente que ha sido mi "visita" al Maratón de Barcelona de hoy mismo.

Como tenía previsto, esta mañana, a pesar de la sesión de cena-cine-copas de anoche, me he levantado a una hora prudencial, me he vestido de ciclista y tras desayunar me he acercado al Forum a ver a los participantes de la carrera.
Por el camino iba recordando el dorsal de Santi Palillo (2828) y con un poco de ansiedad por si podría verlo hoy.

Era consciente de que entre tantos partipantes, sin conocer su cara ni complexión física, sólo a través del número del dorsal iba a ser una tarea francamente difícil, pero lo iba a intentar.
Llego a la mismísima puerta del Fórum y me coloco en primera fila.

Pasan muchísimos corredores, jóvenes, no tan jóvenes, hombres, mujeres, con camisetas escritas en alemán, en francés, en inglés, sin camiseta. "La leche, si que viene gente de lejos" pienso para mí.
No hay mucho público, pero hay una mujer que aplaude y anima más que todos los que estamos allí.

Yo me concentro en mi tarea de hoy: buscar el dorsal 2828.
Al poco de estar allí pasa la liebre de las 3 horas con un pelotón donde me es imposible distinguier todos los dorsales.

Sigo mirando y veo al dorsal 2826, al 2927, al 2626, al 2830, al 2832... Me estoy volviendo tonto. Me coge complejo de lector de código de barras y scop sigue sin aparecer. Empiezo a pensar que seguro que ya ha pasado y no lo he visto. Me relajo un poco y empiezo a aplaudir y animar a los atletas.

Viene la liebre de 3:30 y justo al pasar a mi lado una ráfaga de viento hace que se le enganche la cinta del globo en mi cuello y se rompe, la cinta no mi cuello, y el globo se va a hacer puñetas por el cielo de Barcelona. La liebre me mira como si yo lo hubiero roto queriendo. Me encojo de hombros mientras se aleja corriendo, supongo que acordándose de alguna parte de mi familia. "Oiga que ha sido sin querer".

Cuando ya había perdido toda esperanza, veo el dorsal que tanto estaba esperando. Lo leo 3 veces para asegurarme y justo cuando pasa a mi lado le grito tal y como le había advertido "¡¡¡¡PALILLOOOOOO!!!!" pero ni siquiera me mira.
Por un momento me quedo bastante parado pensando que igual me he equivocado, pero veo que sobre la espalda de su camiseta lleva el escudo del Club Paris, por lo que no hay duda de que es el mismísimo Santi Palillo en persona.

Arranco con la bici tras él y, aprovechando que es cuesta arriba, le doy alcance. Ahora lo llamo por su nombre, me mira y me saluda. Chocamos la mano y le pregunto por la pierna. La respuesta es bastante negativa. Me dice que está bastante mal y que además le duele el pie.
¡Vaya con las extremidades díscolas!.

Le ofrezco un trago de agua de mi bidón mientras lo sitúo un poco explicándole el recorrido que le falta.

Me quedo muy sorprendido cuando me suelta dos frases que me dejan la sangre helada:
-"Tanto entrenamiento para nada". Refiriéndose a su pierna.
-"¿Para nada?"- le respondo. "Estás ya en el kilómetro 30" y le suelto un "Deu n'hi do" sin pensar que eso le debe sonar a chino mandarín.
-"Me han dicho que lo queda ya es llano. Menos mal, porque como encuentre una parada del metro me meto"- Segunda frase hielasangre.
-"Lo siento pero no hay ninguna parada de metro cerca"- Le miento como un bellaco para que se lo quite de la cabeza, aún sabiendo que las hay y que mi mentira iba a ser descubierta enseguida.

Volvemos a chocar las manos, le deseo suerte y lo dejo con su camino hacia la gloria, pasando por el purgatorio.

Realmente ha sido una experiencia magnífica, poder saludar en persona al admirado tocayo y quedar impresionado al ver el esfuerzo que estaba haciendo.

Escribo estas líneas y todavía no sé si ha logrado llegar a meta aunque algo me dice que sí que lo ha conseguido. Acabo de mirar la web de la organización y todavía no están los resultados colgados. Llevan 36 minutos de retraso.
Después de 5 minutos mirando la general, he encontrado su dorsal y ha llegado con 3:58:05 y amb un parell de collons. Seguramente no ha visto las paradas del metro.
Me alegro muchísimo por él. Después de tanto esfuerzo se merece haber podido acabar.

Después de esta historia, mi entrenamiento del sábado queda un poco en segundo plano.
Como estaba previsto me reuní con mi Maestro Alfons para entrenar juntos. Esta vez por el paseo marítimo de Badalona. El día era radiante y la temperatura agradable a pesar de la temprana hora (8:00 AM). Me recibió mi Maestro con un "no te preocupes que no te voy a dar ninguna tunda", signo de que el muy ladino está atento a lo que escribo en este blog. Un saludo desde aquí Mestre.

El entrenamiento fue mejor de lo que podía esperar después de varios días sin dar ni golpe, atléticamente hablando.

Hicimos 12 kms en 1:01:00, que vuelve a convertirse en mi mayor distancia recorrida y en el mejor promedio de todos los tiempos, que no está mal teniendo en cuenta que el viernes por la tarde me había metido entre pecho y espalda 46 kms de BTT, aunque al final Alfons me tuvo que reconocer que sí, que me había dado una tunda.

Seguimos en la brecha de cara a la próxima carrera, con más motivación todavía si cabe y con las imágenes de la maratón grabadas a fuego en mi cerebro.

4 comentarios:

J. G. dijo...
6:52 p. m.  

No lo conozco personalmente pero es un tio grande este Santi, me alegro un montón porque tal como lo cuentas es un rotundo éxito.

No sé lo que pensará él pero eso es lo que pensamos nosotros.

Un saludo.

J. G. dijo...
10:29 p. m.  

El "deunidó" lo dice hasta mi madre que es de Úbeda, pero vive allí claro.

kebasha dijo...
8:16 a. m.  

Sí, el "deunidó" es una expresión socorrida.
:-)

Anónimo dijo...
9:49 p. m.  

Te ví allí, de rojo sobre la bici, sonriente, escrutador, al lado izquierdo del circuito y pensé si serías tú o no, discúlpame por no oír lo de Palillo pero es que iba un poco petao.

Me llevé una gran alegría porque además estaba totalmente negativo en esos kilómetros, me creí lo de que no había metro cerca, si llego a ver una boca me meto de cabeza ;-)

Muchas gracias por aparecer por allí, espero poder corresponderte alguna vez o, quien sabe, quizás acompañarte en alguna carrera.

Normalmente no soy tan pesimista ni tan seco en el trato pero es que estaba pasando un mal trago.

El agua del bidón me supo a gloria, yo creo que hasta estaba fresquita a pesar del calor.

Qué buena la anécdota del globo de las 3:30, digna de una película, ahora ya sé porqué no le veía ni de lejos ;-), tú no tuviste culpa así que tranquilo.

Para mí el maratón es la mejor carrera olímpica que hay y sin duda la más difícil, llegar a meta aunque sea fuera de objetivo es una sensación única e irrepetible.

Ahora debo concentrarme en superar mi decepción, no entiendo lo que me haya podido pasar pero entraba dentro de lo posible.

De todas formas ya estoy pensando en la siguiente, de momento mañana a trotar un poco por el parque para recuperar las buenas sensaciones.

Un abrazo y muchas gracias tocayo, también para tí Jesús, recibí tu SMS de ánimo.