Y dura y dura...

15 diciembre, 2006 · 4 comentarios



Hoy he vuelto a pasearme por este blog y realmente me he dado cuenta del tiempo que hacía que no publicaba nada. Lo que antaño fue un blog más o menos activo se ha convertido en un blog abandonado, así que cualquier día me lo okupan.

Lo más grave no es el tiempo que llevaba sin publicar, sino que este tiempo se ha correspondido con el que llevaba sin salir a correr. Como consuelo me queda que por lo menos he sido coherente con las intenciones que tenía cuando cree este blog "contar las peripecias de mis carreras a pinrel". No carreras, no publicación. Coherencia al fin y al cabo.

Bueno, pues como ya habrá adivinado el inteligente presunto lector de estas líneas, he vuelto a salir a correr. Concretamente este miércoles al volver a casa y a pesar de lo intempestivo de la hora, a las 19:45 estaba en la calle de nuevo, vestido de bombero-torero y dispuesto a arrastrarme por esos mundos de Dios.

Llevaba varios días con un gusanillo dentro que me iba diciendo que debería volver a correr un día de estos, pero la verdad es que no me veía con ánimos. Entre que ahora oscurece prontísimo, que todavía tengo algunas molestias en los isquios de la pierna derecha y un elenco de excusas dignas de cualquier político cuando se le insta a que cumpla el programa electoral, pues no encontraba el momento oportuno.

También he de confesar que tenía un poco de miedo a volver a salir y que las molestias de la pierna dijeran "aquí estoy yo piltrafilla", bueno en el supuesto de que la pierna hablara, claro está. Igualmente la evidencia que mi nivel de forma actual no es muy bueno, por decirlo de alguna forma suave, y que la ausencia corredora me iba a pasar factura en forma de sufrimiento y agujetas, también me frenaba.

Pero el miércoles todo cambió, me sentía pletórico y decidido a "morir matando", metafóricamente claro. Durante todo el día estuve pensando que al regresar a casa me iba a dar un homenaje atlético y, misteriosamente, no hubo ninguna conjunción astral que lo impidiera.

Ni estoy acostumbrado a correr por la noche, ni tampoco las calles llenas de coches eran el mejor lugar para el reencuentro, pero tengo que decir que disfruté y mucho.

Las molestias de la pierna siguen ahí, pero no se convirtieron en dolor ni en las subidas, que ya es mucho. Al final tendré que ir al médico, pero de momento aguanto. Durante los 45' que estuve dándole a la suela, me sentí bien, aunque, como siempre, de menos a más. Empezando bastante flojete y mejorando al transcurrir de los minutos, aunque sin tirar cohetes.

Las agujetas de ayer y de hoy son ¡magníficas!. Que gustito sentirte con las piernas cansadas y con esa sensación de haber trabajado. En el fondo debo de ser algo masoca.

Bueno, pues hasta aquí la historia de la reentré y espero ir volviendo poco a poco por mis fueros.