Lord Farquaad

10 febrero, 2006 · 0 comentarios


Esta mañana he tenido el placer de conocer a Lord Farquaad y la verdad es que ha sido inolvidable.
Aunque es tan malo malísimo como en la peli, no me ha parecido tan corto, más bien me ha parecido todo lo contrario.
Bajo su apariencia afable se acumulan muy malas intenciones y no tiene compasión por nada ni por nadie.
Este tipo es despreciable.
Resulta que Alfons y yo nos hemos encontrado a las 8:45 en Cerdanyola para salir a correr un rato. Yo no me las prometía muy felices pues soy consciente de que el nivel de mi compañero está a años luz del que yo pueda tener, si es que tengo alguno.
Así que hemos empezado a calentar por una calle bien planita pero, de pronto, hemos girado y hemos enfilado en suave bajada una pista llena de tierra, piedras, barro, caquitas de cabra..., vamos que parecía que estuviéramos en plena naturaleza.
Poco a poco he ido conociendo al tal Farquaad. Al principio parece muy agradable: bajadita por aquí, llano por allá, pero cuando menos te lo esperas y tras cruzar un riachuelo, resulta que se ha enfadado y venga, a subir toca. No contento con eso también tenía barro de ese que se engancha y casi te succiona. ¡Hey!, ¡que mis zapatillas son nuevas!, pero él ni caso. De hecho parece que se ha vuelto a enfadar, pues enseguida ha venido otra subida más dura todavía.
Ni que decir tiene que mientras Alfons ejercía de anfitrión explicándome el recorrido, yo lo he seguido como he podido, hablando más bien poco.
A los 30 minutos habíamos completado una vuelta a esa especie de circuito y Alfons propone otra vuelta más. ¡Piedad mi Señor!, ¡que este Farquaad me va a matar!.
Como aquí no se hacen prisioneros, hemos dado otra vuelta, aunque un poco más corta.
Después de 55 minutos y 8,3 kms, hemos dado por terminada esta visita a Lord Farquaad. Estiramientos, un Powerade y para casa que tengo prisa.
Esperemos que a éste también se lo coma un dragón porque ha estado a punto de acabar conmigo...
Vaya con Lord Farquaad... o era Farklet...

Replicantes

09 febrero, 2006 · 0 comentarios

Mi amigo Dami me definió un día como una especie de replicante.
La historia viene de lejos, de cuando empecé a salir en mountain bike con él y su grupo de amigos.
Aunque casi siempre he hecho deporte con regularidad, durante las primeras salidas en bicicleta mi rendimiento, por decirlo de alguna manera suave, dejaba mucho que desear.
Mis piernas, no acostumbradas a ese tipo de ejercicio, se convertían en dos palos cada vez que el terreno se empinaba hacia arriba e inevitablemente llegaba el último al final de cada subida y en un estado lamentable.
Alguno de los habituales de ese grupo, tiempo después, me confesó que no hubiera dado un duro por mí y estaba convencido de que aparcaría la bici.
Si de algo puedo presumir es de no rendirme fácilmente, así que empecé a dedicar horas de mi tiempo libre a salir en bici, la mayoría de las veces en solitario y a sumar kilómetros en mi registro de salidas.
Como es evidente, mi rendimiento empezó a mejorar lentamente y hoy puedo presumir de ser uno más del grupo, incluso subiendo.
Al poco tiempo, cambié de gimnasio para coincidir con Dami y allí me volvió a introducir en otro mundillo que era casi desconocido para mí: el squash.
Aunque he de reconocer que me gusta bastante más salir en bici, también he mejorado bastante con la raqueta y hoy en día soy capaz hasta de darle a la bola.
Cuando Alfons me propuso empezar a salir a correr, pensé que jamas correría más de 5 minutos seguidos -"correr es de cobardes"- así que intenté por todos los medios darle largas pero no ha habido manera. No se ha rendido y ha conseguido que Don "Nocorroporquenomegusta", se calce las zapas y se transforme en una especie de proyecto de corredor en miniatura.
Así, poco a poco, la idea de correr una duatlón, que es el objetivo de este entrenamiento, cada vez parece menos descabellada.
Ayer aproveché un escaso tiempo libre al mediodía para calzarme mallas, zapatillas, pulsómetro y GPS, y salir a correr.
Me dirigí al Paseo Marítimo de Badalona y salí dirección Mataró.
No tenía mucho tiempo y empecé a calentar pensando que hoy sería una sesión suave, pero enseguida mi cuerpo entró en ese trance donde no duele nada, así que, sin darme cuenta, apreté un poco el paso.
La tarde era fantástica con una temperatura agradable y un solecillo reconfortante. Incluso las olas eran mansas y todo junto hacía un paisaje de lo más bucólico.
Conforme me iba aproximando al lugar donde el sábado di la media vuelta, no pude evitar mirar el crono para ver como andaba de tiempo. Aunque iba un poco mejor que el sábado, si quería llegar hasta el Puerto Deportivo de El Masnou debería apretar el paso. Como iba bien decidí apretar todavía un poco más.
Llegaron los 22:30 que marcan el momento en que debía dar la vuelta y el Puerto se veía lo bastante cerca como para pensar que podría llegar. Mi prudente subconsciente que el sábado me previno de hacer locuras, ayer se quedó en casa durmiendo la siesta así que seguí corriendo y a los 25:00, cuando me faltaba muy, pero que muy poco para llegar a "mi meta", saltaron todas las alarmas.
Eran las 16:10 y empecé a sentir una sensación que hacía muchísimo tiempo que no tenía. Casi me costó encontrar su nombre entre mis desgastadas uniones neuronales, pero al fin lo encontré: ¡¡tenía FLATO!!.
Inmediatamente di la vuelta maldiciendo mi imprudencia.
Con suerte llegaría en otros 25 minutos hasta el coche y tenía que recoger a mi hija a las 17:00 en el colegio, así que el horario se empezaba a apretar. Enseguida supe que el dichoso flato no me iba a permitir llegar en ese tiempo al coche, pues ya me empezaba a molestar bastante.
Sin más remedio aflojé el paso y dejé de pensar en el reloj para centrarme en respirar bien, hasta que, poco a poco, el flato empezó a desaparecer. Pero no se había ido definitivamente, no. En cuanto quería apretar notaba como volvía la molestia, así que busqué el punto de mayor velocidad sin molestia y seguí corriendo.
Finalmente llegué al coche. A pesar de la prisa hice mis estiramientos, pues sabía que si no los hacía en ese momento ya no los iba a poder hacer y no está la cosa como para saltárselos. Me bebí el Isostar y para casa.
No voy a entrar en los detalles de la densidad del tráfico rodado a esas horas en Badalona, pero sí diré que los camiones de cinco ejes y las obras no se llevan bien.
El caso es que aparqué el coche cinco minutos antes de que saliera mi hija del cole. Ya no tenía tiempo de subir a casa a cambiarme de ropa y mucho menos de ducharme, por lo que ante la atenta y sorprendida mirada de las madres que esperaban a sus retoños, me presenté en mallas a recoger a la destinataria de mis mayores berridos. Los habituales saludos a las madres de las amiguitas de mi hija fueron un poco violentos para mí. Me sentía como si estuviera vestido de "Don Mendo" e incluso me pareció ver alguna sonrisilla en esos saludos. ¡Qué duro es esto de ser padre!
Al llegar a casa, merienda para la retoña, descarga del track y ducha reconfortante.
Resumen: 8,5 kms en 51:20 a 6:02.
Conclusiones: Ha sido la mayor distancia recorrida corriendo sin parar de TODA MI VIDA y hoy no estoy especialmente roto. El Puerto Deportivo de El Masnou requiere, ahora mismo, de 1 hora para ir y volver, y no creo que esté a mi alcance, de momento.
Con sólo tres salidas y menos de 25 kilómetros en mis zapatillas parece que me está entrando el gusanillo de correr. Veremos a ver cómo acaba esto, pero me temo que la definición de replicante fue muy acertada.

On the road again...

07 febrero, 2006 · 0 comentarios


Hoy he vuelto a salir a correr.
De nuevo pretendía hacer 45 minutos de carrera contínua para que mis piernas se vayan acostumbrando poco a poco a este nuevo tipo de ejercicio.
He pensado que salir por un un sitio diferente al sábado me iba a permitir ir mirando un poco el paisaje y no agobiarme pensado "¿Falta mucho?, ¿falta mucho?. Así, aprovechando que la tarde no estaba muy fría, he ido al paseo que hay junto al cauce del río Besós.
He dejado el coche en la Rambleta de Sant Adrià y he empezado a correr dirección al mar.
Nada más empezar ya he notado que iba más cómodo que el sábado, quizás por las zapatillas nuevas que estrenaba -unas Asics GEL 1100-, aunque creo que también se notaba que ya no era el primer día.
Así, tan pancho, he llegado hasta el final del paseo y sólo llevaba 7 minutos corriendo. Vaya cálculo tan pésimo que he hecho. Yo pensaba que tardaría más en llegar al mar.
Miro el GPS y resulta que no he puesto a cero el marcador de trayecto, por lo que, aunque he reiniciado el track y lo estoy grabando desde el principio, hasta que no llegue a casa y lo descargue al PC no sabré cuanto he corrido. ¡Vaya despiste!.
Bueno, no pasa nada, decido seguir corriendo dirección Badalona pasando por detrás de las torres de la FECSA y finalmente llego hasta el Puerto Deportivo de Badalona, donde me doy la vuelta pues ya llevo 23 minutos corriendo. En todo el camino de ida, las pulsaciones han ido fluctuando, pero en general las controlo mejor que el sábado, disminuyendo bastante en cuanto aflojo y subiendo si aprieto un poco. Como mínimo ya puedo regular, aunque aflojar suponga que me adelanten los caracoles.
Al pasar por el puerto, aprovecho unas cristaleras para mirarme cómo corro. Vaya pinta de matao que tengo. Confirmo mis sospechas de que corro como una abuela detrás del autobús -con mis respetos para nuestras abuelas-.
Decido que el recorrido de vuelta lo haré por otro camino para no agobiarme. Ya sé que soy un poco especial, pero es que pasar por los mismos sitios me aburre. Hasta que no sea capaz de encontrar circuitos circulares de la distancia apropiada, esto de hacer ida y vuelta no me acaba de gustar.
Así llego hasta la estación de Renfe de Sant Adrià y continúo por la parte superior del río hacia donde está aparcado el coche.
La vuelta se me está haciendo un poco larga. Me empiezan a molestar los cuadriceps. Quizá debería haber descansado hoy y salir a correr mañana. Como ya no falta mucho, decido apretar un poco y alargar la zancada a ver si así no me molestan tanto.
Parece que el cambio de zancada me va bien y la molestia disminuye algo. Ya falta muy poco para llegar, así que aprieto un poco más y llego al final con un ritmo un poco más decente.
El tiempo 43:25. El camino de vuelta era algo más corto que el de ida y por eso he tardado un poco menos en volver.
Miro cuantas pulsaciones bajo en un minuto y son 40. Consultaré con mi Maestro Jedi Alfons, para que me diga si eso está bien o no.
Hago mis estiramientos, me bebo mi Isostar y para casa.
Cuando llego, lo primero que hago es descargar el track al PC y mirar cuanto he corrido: 7,4 kms. Exactamente lo mismo que el sábado por un circuito totalmente diferente. Vaya casualidad correr la misma distancia sin haberla medido.
Hago mis cálculos y resulta que he bajado de los 6:00. ¡Estoy hecho un machote!
¡¡Tiembla Gebrselassie!!

La primera en la frente

04 febrero, 2006 · 0 comentarios


Hoy ha sido el primer día que he salido a correr después de muchos años sin hacerlo.
Siguiendo los consejos del Maestro (con mayúsculas) Alfons, pretendía correr durante 45 minutos seguidos haciendo un "rodaje a ritmo medio", así que he ido hasta el paseo marítimo de Badalona y he empezado a correr en dirección norte hacia Mataró.
Cuando no estás acostumbrado, las primeras zancadas se te hacen extrañas. Intento ir lo más lento posible pero cuando llevo dos minutos corriendo ya estoy pensando en parar. Estoy cansado, pero más que cansado no estoy a gusto. La cinta del pulsómetro está muy floja y cada dos por tres se me baja hasta el ombligo. Definitivamente la tensión del elástico está bien para ir en la bici pero para correr tiene que estar más apretada. El pelo largo tampoco ayuda a estar cómodo y con el aire se me mete todo en la cara haciendo que no vea ni por donde voy. Cojo el buff que llevo liado en la muñeca y me lo pongo de cinta aguantándome los pelos. Ahora por lo menos veo por donde piso.
Tengo las manos heladas, debería haber traído los guantes. ¿Quién me manda a mi correr?
Vuelvo a pensar en pararme mientras sigo subiendo la @#&% cinta del pulsómetro. ¿Cómo voy a correr yo durante 45 minutos sin parar? IMPOSIBLE.
Sigo corriendo y no sé si es que ahora corro sin dar tantos saltos pero la cinta del pulsómetro parece que se aguanta en su sitio más de 10 segundos. Ya llevo 7 minutos corriendo y parece que le voy tomando el ritmillo. Aunque sigo pensando en parar todavía no lo he hecho.
El pulsómetro ya ha empezado a marcar y lo que marca no me gusta. Me da la sensación de que corro como una abuela detrás del autobús y el pulsómetro marca 180 ppm.
Así no aguantaré mucho rato. Intento bajar el ritmo si es que se puede correr más despacio. Parece que poco a poco las pulsaciones bajan hasta unas 150 ppm.
Ahora ya no tengo las manos tan frías. El sensor del pulsómetro casi no se cae y ya llevo unos 15 minutos. Empiezo a relajarme y pienso en que a los 22:30 me doy la vuelta esté donde esté.
Ya he pasado la estación de Montgat Nord y sigo sin pararme. El pulsómetro vuelve a marcar por encima del nivel que me gustaría pero es que no se correr más despacio.
¡¡¡POR FIN!!! Ya llevo 22:30 corriendo y voy a dar la vuelta. A lo lejos se ve el Puerto Deportivo de El Masnou. Pienso en que podría llegar hasta allí y luego dar la vuelta pero por una vez voy a ser sensato y doy la vuelta aquí mismo. Creo que es el momento de parar y lo hago sólo para tensar la cinta del pulsómetro. Me la coloco bien y vuelvo a correr. He tardado menos en apretar la cinta que los mecánicos de Fernando Alonso en cambiar las ruedas.
Cuando me doy la vuelta y veo a lo lejos la silueta de los edificios junto a los que tengo aparcado el coche me da un bajón. Están lejíiiiiiiiiiiiiiisimos. ¿Cómo he llegado corriendo tan lejos? Miro de reojo el GPS que llevo y me dice que hace 3,7 kms que salí. Intento tranquilizarme. Si he tardado 22:30 en venir no voy a tardar mucho más en volver ¿no?.
Sigo corriendo sin pensar mucho. Ahora voy cómodo. La cinta del pulsómetro no se mueve ni un milímetro y ya no tengo frío en las manos. Voy mirando el paisaje pero de vez en cuando no puedo evitar mirar los edificios que marcan "la meta".
El pulsómetro sigue marcando bastante alto y si bajo el ritmo me agobio pensando que no voy a llegar nunca, así que decido seguir tirando a ese ritmo y si luego tengo que aflojar ya aflojaré.
Como si tal cosa llego hasta el Turó de Montgat. Esto ya está "chupao".
Muy a lo lejos veo otro runner y pienso en que estaría bien apretar e intentar pillarlo pero no está el horno para bollos.
Al rato lo vuelvo a mirar y ahora estoy más cerca. O se ha parado y no lo he visto o es que hay quien corre más despacio que yo.
Poco a poco me voy acercando al final y aunque voy alto de pulsaciones, cuando me faltan unos 400 metros intento cambiar el ritmo y mirar qué pasa. Para lo que he apretado las pulsaciones suben muy poco, así que aguanto el ritmo hasta el final. Casi pillo al anónimo runner que llevaba delante. Creo que este final ha sido un poco más digno.
¡¡¡AHORA SÍ!!! He llegado, estoy cansado pero no tanto como pensaba. Miro el pulsómetro y me dice que he tardado 46:15 y el GPS dice que he corrido 7,4 kms. Cuando llegue a casa miraré el ritmo pero creo que ha sido un ritmo de abuelete.
Recupero un poco mientras estiro. No quiero pasarme unos cuantos días andando como Mazinguer Z.
Ya en casa calculo el paso y me sale un poco menos de 6:20. Lo que yo decía, a paso de abuelo.
Habrá que seguir entrenando pero para ser la primera vez no está mal.

Sin ritmo ni cadencia

01 febrero, 2006 · 0 comentarios

Bueno, pues parece ser que la cosa se complica, si cabe, más todavía.
Alfons no para de decir que el 26 de febrero hay una duatlón en Súria y que vamos a debutar allí.
Yo la verdad es que no lo veo nada claro, pues a fecha de hoy todavía no he empezado a correr con cara y ojos, y la verdad es que me sabría mal que a los organizadores se les haga de noche esperando a que llegue a la meta.
Hace una semana que mis obligaciones y el mal tiempo no me han permitido ni salir a correr ni salir en bici, por lo que la duatlón se aleja y se aleja...
Esperemos que la cosa mejore y que estas tres semanas que faltan las pueda aprovechar y entrenar algo porque esto pinta bastante mal.
Seguiremos informando...