Bueno, pues después de pensar que no iba a volver a estas movidas, parece ser que la cabra tira al monte y he vuelto a apuntarme a una carrera popular.
En este caso y con la influencia inestimable de mi Maestro, hice la inscripción a la XXII Edición de las Millas Nocturnas de Cerdanyola de Vallès.
Como su nombre bien indica, es una prueba que se hace de noche y la verdad es que eso la hace interesante. Pero vamos por partes...
Tras un par de mesecitos de entrenos más o menos regulares, mi Maestro ya vaticinó que participariamos en las Millas Nocturnas de Cerdanyola. Yo como siempre, sigo bastante reservón y miedica , así que no me veía volviendo a una carrera. Nunca me veo con suficiente nivel de preparación pero como tampoco tenía intención de ganar, pues al final me apunté y allá que nos presentamos.
Para los que no conozcáis Cerdanyola, os diré que a pesar de estar muy cerca de Barcelona, está justo detrás de la sierra de Collserola y por eso el clima es bastante más frío que en la costa. Por este motivo el tema de la ropa a usar durante la carrera iba a ser una incógnita hasta el último momento. Pertrechado con toda la ropa de correr que tengo y dispuesto a hacer todas las combinaciones posibles, llegué a casa de mi Maestro con tiempo suficiente para empezar a plantear la carrera.
Tras saludar a la familia y jugar un poco con sus hijos, nos fuimos a recoger los dorsales a la zona de salida. El tiempo era fresco y al llegar a la zona de salida me sorprendió gratamente ver el mogollón de gente que se agolpaba por la zona. Yo, sobra decirlo, ya estaba bastante acojonadillo de ver que se acercaba el momento.
Los "protas" antes de la carrera
Mientras se corrían las 2 millas, que son para los más pequeños -lástima, pues a mi ya me iba bien la distancia- recogimos los dorsales y empezamos a calentar un poco por los alrededores.
Cantidad de corredores de todas las edades hacían lo mismo y yo me volvía a preguntar lo de siempre "¿¿¿que co*o hago yo metido en estos fregaos???", pero ya era demasiado tarde para esta pregunta.
Como todavía faltaba bastante tiempo y para mitigar el nerviosismo -el mio claro, que mi Maestro está más que bregado en estas lides- volvimos a su casa a dejar la ropa sobrante, visitar el baño y así hacer un poco de tiempo.
La segunda llegada a la zona de salida ya era de verdad y nos despedimos deseándonos buena carrera y acordando la zona de encuentro... bueno más bien de espera, pues le iba a tocar esperarme un rato hasta que yo llegara a la meta... si es que llegaba.
Dan la salida y la calle cuesta abajo hace que la gente salga a toda pastilla. Recuerdo en ese momento las indicaciones de mi Maestro: "la salida hace bajada, así que a toda pastilla hasta que llegue la subida y allí a subir como se pueda". Todo esto estaría muy bien si no hubiera que dar dos vueltas al circuito y que la última subida se preveía demoledora.
Yo a mi rollo, adelantando gente y siendo adelantado por otros pero más o menos con los de mi nivel. Vamos... como en todas las carreras.
Acaba la primera bajada y llega la subida, así que empiezo a regular un poco pero es cuando empiezo a adelantar a bastante gente, que parece que se le está atragantando y eso que todavía falta un montón por subir.
El ambiente es genial con mucha gente animando por la calle. La noche está fresquita y según por la zona que se transite se nota como varía la temperatura del aire que se respira.
Aunque mi Maestro lleva toda la carga tecnológica encima (iPod, GPS, pulsómetro), yo esta vez sólo llevo el pulsómetro -raro en mí ir tan descargado- pero parece que se ha declarado en huelga de brazos caidos pues todo el rato marca 126 pulsaciones. Ni más, ni menos. En buen momento se dedica al zanganeo el "parato".
Tras una zona de transición más o menos plana, pasamos una zona dura de subida y vuelvo a adelantar a los que me pasaron en lo llano. Definitivamente parece que lo mio es subir...
Llegamos a la zona de meta y empieza la segunda vuelta. En la bajada le cojo la rueda -perdón por el símil ciclista pero ya se sabe - a dos corredores que me llevan al ritmo que necesito y que me va de maravillas para llegar a la zona de subida donde los dejo atrás sin remordimientos aunque agradecido por el rato que me han llevado enganchado a ese buen ritmo.
Ya falta poco y eso me da ánimos pues ya empiezo a estar cansadillo.
Tras una pequeñísima bajada, empieza la subida de la muerte, justo en el final de la carrera. Bueno, eso de la muerte es un exceso mío, pues realmente es sólo una calle cuesta arriba pero con bastante desnivel y muy larga.
Algunos corredores la suben andando y eso me da ánimos pues yo la subo bastante bien y vuelvo a adelantar a esos que andan y a algunos que corren también. Euforia pues ya casi lo tengo hecho.
Por fín, se acaba la subida y quedan pocos metros de ligera bajada hacia la meta.
Increiblemente todavía tengo fuerzas y me permito marcarme un sprint hasta meta donde entro más que contento.
41:50 de tiempo neto y el 119 de mi categoría, así que puedo darme más que por contento sobre todo con el canguelo previo a la carrera.
Recojo la bolsa del corredor y me dirijo al punto de encuentro donde mi Maestro lleva ya rato esperándome. Nos felicitamos por la carrera y para su casa rápido que la noche se está poniendo fría y no hay que resfriarse.
Recojo los bártulos y llamadita a la cónyuja para decirle que he llegado y que todavía estoy vivo.
En resumen, ha sido agradable volver a participar en una carrera a pesar de mis miedos y dudas previas, aunque realmente veo más difícil el tema de la 1/2 de Barcelona, que no sé como voy a ser capaz de llegar, pero esto ya se irá viendo más adelante.
Espero seguir reviviendo este maltrecho blog que en el 2008 sólo ha visto dos míseras entradas.
¡¡¡P'habernos matao!!!